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miércoles, 9 de enero de 2013

LEER COMO SIN QUERER



                Soy un lector desordenado y algo perezoso. Alterno semanas de lectura entusiasta de novelas con otras de leer El Jueves; y es que trato a la lectura como una de esas amantes a las que a veces no llamas, pero después te la encuentras y no puedes apartarte de ella. Hablo concretamente de la literatura en sí, pues en realidad no puedo parar de leer aunque sean revistas, periódicos y hasta los carteles que hay pegados en las calles. Envidio, en fin, a los lectores compulsivos, esos que devoran libros como si se les fuese la vida en ello. Yo, más bien, me paseo por este mundo de historias como un niño que se va encontrando juguetes a los que se aficiona. Exploro, avanzo, retrocedo y muchas veces acabo en lo que la gente llama autores de cabecera, como podrían ser Torrente Ballester, Paul Auster y el universo de la novela negra (no es que esté muy instruído, pero siento un pálpito noir en mi interior).
            Creo, si es que creo en algo, en la libertad lectora, como cuando en la primera adolescencia leías sin mesura ni indicación alguna, solo que ahora con más criterio. A base de leer en autobuses, esperas y cuartos de baño he desarrollado una capacidad de concentrarme enseguida en lo que estoy leyendo. La literatura me llama desde demasiados frentes y los voy atendiendo como puedo. Leo muy poca poesía como para pretender que la que escriba sea buena, y le debo más a los cantautores que a muchos poetas.
            Uno de esos tormentos que tengo debidos al ego del escritor es que, si algún día me entrevistan por algo que haya escrito, establezcan paralelismos entre mis palabrejas y autores que no he leído o que ni siquiera conozco. Me consuelo pensando que, en realidad, nunca me van a entrevistar y que la literatura es un banco de pesca inmenso y que mis redes son limitadas. Constantemente me prometo a mí mismo paliar mi déficit de clásicos o ahondar en la novela norteamericana (me encanta su forma de narrar, tan concreta generalmente). Cuando emprendí este blog me moría de miedo por las cosas que pueda comentar, los autores a los que haré referencia, pero en realidad de lo que me gusta hablar es del hecho de leer y de escribir, de cómo este mundo te atrapa y después no te suelta.

2 comentarios:

  1. Suerte e blog. Ánimo no hay ningúm camono fácil

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  2. Considérame un seguidor fiel a tus publicaciones. Me siento muy identificado con tus aventuras literarias. Yo creo ser un lector compulsivo, pero a veces algún gran escritor me pide tomar un tiempo de tranquilidad para digerir bien.

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