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jueves, 21 de abril de 2022

LA REBELIÓN DEL DICCIONARIO

 Os tengo abandonados, así que para que no me olvidéis dejo por aquí este microrrelato que ya tiene un tiempillo. 


LA REBELIÓN DEL DICCIONARIO

 

Empezó con la palabra zutano, cansada de ser la última y no ser nadie. Tras años de rencor estalló el conflicto. Con la ayuda del vocablo “teórico” establecieron que el orden alfabético era una manifestación de la opresión fruto de los poderes fácticos, una suerte de opio del vocabulario. Buscaron aliados, y al poco se les unieron las palabras “tumulto”, “protesta” y, al fin, “revolución”. Establecieron un directorio revolucionario para canalizar el descontento de las palabras oprimidas. El principal blanco de sus críticas eran las palabras con la letra A, tan ufanas en las primeras páginas. La editorial contrató los términos “represión” y “contrarrevolucionario”. La palabra “violencia” se movía entre los dos bandos. Fue un conflicto sangriento, que provocó la muerte de muchos términos. Entradas como “asesinato”, “traición” y “guerra” estaban a la orden del día; también “tristeza” y “decepción”. En la última de sus reuniones clandestinas decidieron la expulsión de “desesperación” y “rendición”, mientras que la editorial fusiló sumariamente a “derechos” y “libertad”. Tras años de enfrentamientos echaron abajo el orden establecido.

-Oye – dijo un catedrático – los del María Moliner se han vuelto locos, el último diccionario dispone las palabras sin ningún tipo de orden.