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viernes, 9 de septiembre de 2016

Dieciocho de julio

18 DE JULIO

Todavía hay quien defiende
a los asesinos,
salvapatrias,
salvadores de los suyo
que temen a los muertos
enterrados en olvido;
les llenaron de tierra
la garganta para gritar
y los ojos que veían la injusticia.
Los defensores de los asesinos
señalarán siempre a Otro
para equipararlo
y diluir la culpa
que debería atenazarlos
arañar el nervio de su conciencia.
Así,
Las víctimas han de escuchar de sus verdugos
la blasfemia
de la muerte compartida.
Pero ellos ya desenterraron a sus nombres,
los lucieron en iglesias
y camposantos,
les alzaron cruces
y los trataron como cruzados,
condenando tantos y tantos otros al silencio,
un silencio que chirría, que daña los oídos,
que se pega a las paredes del cerebro,
que es el vacío de los vencidos.
Y no habrá justicia
con la memoria soterrada,
no la habrá,
nunca,
con la mirada sanguinolenta

de los que niegan la verdad.