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martes, 26 de febrero de 2013

POEMA EN CUATRO PARTES



Este poema en cuatro partes es un experimento que iba para más largo pero que se encaprichó en quedarse así. Espero que os guste.

I
Este verso no tiene ojos amables,
escribirlo será empuñar las armas,
escupir sin vergüenza en el cuaderno
                                            des
                                                      li
                                                               zar
                                                                        las
       pa
                                 la
                                                        bras
                                                                                por
                                                                                                    des
                                                                                                                     cui
                                                                                                                                   do…
y es así como puedo romper todo,
que no existe otra fuerza que la propia;
no va a ser un camino sin problemas,
es un reto trazar itinerarios
con la mera herramienta del lengüaje.







II
Mendigar las caricias
en el lecho del tiempo
                                                                 S   O    L    O
           O        Estructuras quebradas
                                                                 L        al final del poema 
                                                                 O       mientras dedos añoran
             humedades pretéritas.


III

He desgastado tu nombre
de pronunciarlo      mil veces
ha sido un rezo,             susurro,
una constante                     en el tiempo…
de rein-                             cidir ya no es nada,
ahora                             el aleph se hizo hueco,
sólo silencio              entre el aire;
y se cayó la        semántica
que atrapaba los fonemas.


IV

Las páginas muertas
no anuncian rescate
ni nada.
Aburri-                   Calmante local
            -do             en días oscuros.
            -miento                            
      

martes, 19 de febrero de 2013

PIEL COMÚN

     A veces no es fácil plasmar ciertas cosas en palabras. Espero que os guste.
 
PIEL COMÚN

Con el líquido del día
lubricamos los momentos,
compartimos la mirada 
silenciosa de la urgencia...
y encontramos un refugio,
la forma de romper nuestro letargo,
relámpago de tiempo contenido
que enciende la dinámica del cuerpo.
Y pudo la atracción con el presente,
dotando de sentido nuestras ansias, 
resumen de un encuentro sin prejuicios
que sirve como antídoto del miedo.

martes, 12 de febrero de 2013

REVOLUCIÓN




Esta es la demostración (o lo intenta) de cómo la belleza sirve también para agitar conciencias. La belleza llega antes a nuestras mentes; así, con este desnudo, se reafirma el papel exaltador de lo bello como arma. Ojalá todas revoluciones sean tan hermosas.



REVOLUCIÓN

De pronto se despiertan las conciencias
si un cuerpo solivianta la mirada
y entona la canción de su belleza
moviendo los cimientos de la vida.

La fuerza de un desnudo se hace todo
y todo lo domina su presencia,
otorga nueva fuerza al pensamiento
y abarca mucho más que unas estrofas.

Ocurre que de golpe
abruma lo perfecto.

Cansado de buscar los adjetivos,
se rinde mi lenguaje ante su forma
y quiere comenzar un mundo nuevo
basándose en la fuerza de un desnudo.

El sueño de lograr los imposibles
renace en el momento en que descubro
que existen las palabras que precisen
el suave discurrir de su trazado.

Y sólo en un poema
construye los futuros.

lunes, 11 de febrero de 2013

ENVIDIA DE LOS MÚSICOS (ELOGIO DE LAS CANCIONES II)



Uno de los pocos comentarios que alguien publicó en este blog (a ver si la gente se anima) vino desde Brasil, en la entrada titulada Elogio de las canciones, y me recordó que, además de los cantautores en español, hay en mi acervo musical una grata presencia de músicos brasileños. Entre ellos quiero citar, sobre todos ellos, a Chico Buarque de Holanda, cuyas letras de implicación política mezcladas con imaginería poética me llegan al alma (pocas canciones he escuchado como Calice, que fácilmente podréis encontrar en el Youtube). También podría citar a Caetano Veloso, como no, y al insigne poeta que era Vinicius de Moraes, cuyo libro O operário en construçao demuestra su talla lírica. De todos modos, esta entrada no era para hablar de la música del Brasil, pero era de justicia mencionarlos, así como también, en esta orilla, a José Afonso.
            Quería hablar de músicos nuevamente. Si algo envidio de los músicos es la sociabilidad de su arte. El músico compone muchas veces en solitario, pero comunica, se une a otros músicos y crea sinergías que dan lugar a nuevas obras. El escritor es un animal solitario, salvo excepciones. Uno se encuentra a solas con el cuaderno o el ordenador, peleando por colocar cada palabra en su lugar y extraer contenidos interesantes y nuevos de algo tan utilizado por todo el mundo como es el lenguaje. De ser un dictador temería más a los músicos que a los escritores, pues ellos llegan a cualquier sitio, la gente los canta en susurros si hace falta. Los escritores carecen de tal visibilidad, aunque también se haya tratado de silenciarlos, y mucho, a lo largo de la historia.
            Si hablásemos en términos sexuales, para mí la música en colaboración sería el equivalente a tener relaciones y la escritura correspondería más bien a una labor onanista. Varios amigos míos tienen un grupo de rock, y se juntan varias tardes a la semana para ensayar. Crean juntos, desarrollan las ideas en conjunto. Yo, cada vez que necesito escribir, me encuentro a solas con mi propio universo. Es quizás por eso por lo que le tengo tanto cariño a los poemas de desnudos, porque fue la única ocasión de escribir en colaboración con una segunda persona que, aunque no interviniese en el texto, era la esencia del mismo. Monterroso decía que no hay que quejarse por escribir, que es una opción personal, un vicio como otro cualquiera y que si se pasa mal no hay más que dejarlo. Estoy de acuerdo en esencia, pero no sé si podría dejarlo.
            Muchas veces, en el bar, cantamos en conjunto canciones que nos gustan; las cantamos en una dinámica que con frecuencia hemos heredado de temporadas en otros bares y que forman parte de nuestro imaginario musical colectivo. La música da pie a estas “terapias de grupo” y nos hermana como pocas veces consigue el texto destinado a ser leído. También ahí encontramos literatura, pero de mucho más fácil acceso. Si la épica clásica se escribía en verso para su mejor memorización por algo sería, eran textos para ser leídos en voz alta y para que pasasen a formar parte de la memoria colectiva. Con las canciones actuales pasa lo mismo, por eso me alegro tanto cuando un buen poema es musicado por alquien que sabe hacerlo, porque, como ocurre con La leyenda del tiempo, de Lorca, de repente gente que nunca había leído al autor recibe el mensaje de sus versos.
            La música es, quizás la labor artística de mayor impacto en la colectividad, y cuando, como en muchos buenos músicos, va acompañada de letras bien hechas, de gran literatura escrita para ser musicada, es como si el pentagrama hiciese el amor con las palabras.

jueves, 7 de febrero de 2013

EL SUEÑO DE RUBENS


Otro desnudo más. Sí, es verdad que no me canso, pero como cada uno es un pequeño homenaje me encanta que estas personas estén representadas debidamente. Gracias a la voluntaria por darme la inspiración para escribir algo así.


EL SUEÑO DE RUBENS

Un sueño que me trae el renacimiento
extiende su figura en el poema,
descuelga versos cálidos al día,
recorre con su métrica la página.

Escribo la firmeza de la línea
y llena sinuosa cada estrofa
cual gracia rubensiana en su desnudo
dotando de belleza tradiciones.

Se puede mejorar
el rastro sobre el lienzo
al cabo de los años.

Encuentro cada sílaba en la piel
de un cuerpo que se esculpe sobre el aire
y cuenta orografías descubiertas
en viajes a las curvas de su mapa.

El sueño se hace frase ante mis ojos
y llena de volumen los conceptos,
se expone sin recato cual dibujo
y pinta sus colores en la tarde.

A veces ante un cuerpo
se encienden las palabras
apenas sin pensarlo.

martes, 5 de febrero de 2013

ELOGIO DE LAS CANCIONES

     Lo primero que escribí fue un relato corto, tan infantil como era yo con aquella edad (creo que fue en 1989). Durante todo el tiempo hasta ahora me consideré un prosista que de vez en cuando escribía poemas. La verdad es que, salvo durante la carrera, nunca leí demasiada poesía. Tengo, eso sí, mis poetas de cabecera, como todo el mundo: Celso Emilio, Ángel González, Cavafis... pero sobre todo aprendí a versificar escuchando a cantautores. Las letras de Ismael Serrano, Sabina o Silvio Rodríguez me enseñaron el uso del lenguaje poético más allá de lo que aprendí leyendo a poetas reconocidos. Tal vez por eso me obsesiona la musicalidad de los versos.
     Uno de los conceptos previos de mi libro de poemas de desnudos era hacer casi un tratado de métrica, y yo recuerdo que asimilé el ritmo del verso endecasílabo con dos canciones: El necio, de Silvio, y Dieguitos y Mafaldas, de Sabina. A partir de ahí el ritmo (métrica, acentuación...) me fue llegando con la experiencia. Creo que la poesía tiene que poder ser cantada si uno se empeña en ello.
     En nuestro idioma hay una gran tradición de cantautores que todavía continúa. Si con Javier Krahe uno aprende a escribir versos de casi cualquier cosa, por prosaica que sea, con alguien como Nacho Vegas sabemos que se pueden contar historias de un modo poético. Por lo general, gracias a la música, a los buenos escritores de letras, escuchamos más poesía de la que creemos. Y no sólo los cantautores tienen este privilegio. Compositores de rock como Roberto Iniesta, el cantante de Extremoduro ("ella era una flor del mar/ yo un delfín tras un velero"), o Yosi, el de Los Suaves ("hoy el cielo es de cemento/ parece que Dios está muerto), han dejado para la posteridad versos magníficos. Sería una gran forma de introducir a los neófitos en el lenguaje poético apelar a tantas y tantas buenas letras que hemos escuchado durante años, amén de las versiones cantadas de grandes poemas, como es el caso de Batallán cantando No niño novo do vento, de Cunqueiro. Cuando la gente canta Lela en los bares no es consciente de estar cantando a Castelao, pero sí está trayendo a la vida un poema yo diría que perfecto.
     La música, como lenguaje universal, tiene este don que envidio de llegar a todos de una forma u otra, y es por eso que la poesía viaja dentro de su maleta, como un simbionte que aporta contenidos nuevos, vida...
     Siempre me hubiese gustado tocar la guitarra, saber cantar... soy un envidioso de las habilidades en las que no fui iniciado. Me hubiese encantado porque ahora seguro que estaría intentando ejercer de cantautor. Escribir letras de canciones no es sólo escribir buenos poemas, de todos modos, yo lo he intentado y nunca me ha resultado fácil. Es por eso que valoro tanto a los buenos autores de canciones, y a gente como Serrat, que es un artista completo en ese sentido, los tendría en un altar si tuviese la costumbre de glorificar a la gente. En todo caso los tengo como a los grandes escritores que he leído, sintiéndolos, sin conocerlos como a gente muy querida.

sábado, 2 de febrero de 2013

SINCEROS ANTE EL TEXTO



En los entresijos del cuaderno uno va derramando la vida. Nunca escribí un diario porque sentía que lo que necesitaba contar se iba filtrando en mi literatura de forma más o menos descarada. La creación artística está tan impregnada del individuo que es imposible que no se traspapele de alguna forma.  Se trabaja transformando el curso del pensamiento, tan etéreo, en algo concreto, y en el esfuerzo se quedan pegados jirones de piel.
            Después de todo, el que escribe intenta conformar un mundo u ordenar el suyo propio; y es que uno no puede desprenderse de su trayectoria vital a la hora de tratar con materiales literarios. Nos escondemos detrás de la ficción en busca del camuflaje perfecto, pero el lenguaje está tan dentro de nosotros que nunca nos abstraemos del todo. Como Homo loquens somos palabras, y por esto la literatura está tan intrínsecamente ligada a nosotros. Aunque cambiemos de estilo, seguimos escribiendo como somos; creo que era García Márquez el que decía que lo que llamaban realismo mágico para él era simplemente realismo, lo que era otra forma de explicar que lo que contaba era su propia percepción de la exuberancia de su tierra. También pienso que todos estos mundos de Cunqueiro pertenecen a la Galicia que él conoció; me refiero sobre todo a la trilogía formada por Os outros feirantes, Xente de aquí e acolá, y Escola de menciñeiros. Uno va convirtiendo en palabras su pequeño trocito del mundo, manipulándolo como sea necesario.
            A veces pienso que escribir es una forma de llenar cierto vacío, de compensar un pequeño desequilibrio o incluso de entendernos con el mundo que nos rodea. Camilo José Cela decía que escribía para vaciar la cabeza. Para todos los teóricos, hay una distinción entre el yo poético y el propio escritor, lo que convierte a la literatura en un juego de máscaras en el que el literato intenta no quedarse indefenso frente al lector. Sin embargo, siempre se acaba desnudo en alguna página, por estas inclemencias de la creación, que juega con nosotros como nosotros intentamos jugar con ella.