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jueves, 10 de abril de 2014

FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE LA MEDITERRÀNEA, SEGUNDO CAPÍTULO



CAPÍTULO 2

ON THE ROAD

Guest starring: Pau Vadell, Mallorca. Traficant culturall.

            El segundo día en el festival fue un día de carretera, de coches, de nuestro microbus particular, guiado por Juan, en el que ahondamos en la comunicación entre los integrantes de la comitiva (siempre quise escribir esta palabra). Debido a la insistencia de Biel, me había levantado hipertemprano y me dediqué a pasear solo por el pueblo de Sant Jordi hasta que el resto de la gente abrió los ojos. En la posesió nos ofrecieron un desayuno de los de verdad, y de ahí a la carretera… a confundirnos de camino. Algo hubo de cruce de informaciones que cogimos el camino hacia Búger en lugar de ir a Palma. Casi al llegar, mientras Christian Sinicco y yo hablábamos sobre las vicisitudes del Inter de Milán – conversación poética como Dios manda - alguien se dio cuenta.
            Debido a esta confusión llegamos tarde a la rueda de prensa, típica exposición a las autoridades competentes y a la prensa, con discursos y demás. Tuvo lugar en los jardines del centro cultural La Misericòrdia, construido inicialmente para acoger indigentes; ateniéndonos a la historia, se trata de un sitio perfecto para los poetas, seres próximos a esa desgraciada circunstancia vital que es la indigencia. En estos actos yo me siento un poco como un niño travieso con ganas de hacer pedorretas; pero me contuve y mantuve el tipo como si estuviese curtido en mil como esas, será que me hago mayor.
            Tras el evento formal, por fin nos subimos a nuestro poetamóvil, camino a Búger, a la fundación ACA, donde grabaron nuestras voces recitando versos para la posteridad, con la asistencia técnica del Alma Mater de la fundación, que se parecía curiosamente a Gandalf. Después nos invitaron a un arroz brut, viva la gastronomía mallorquina. Volvimos de nuevo al bus con el sopor de la digestión que dan las comidas contundentes y picantes regadas por vino, encarando una empinadísima cuesta que no servía de mucha ayuda.
            En el bus nació algo, en verdad lo pienso. En el bus Antoni Marí, Dionisio Cañas, Roger Pelaez y yo nos hicimos amigos. Antoni tiene ironía isleña, lo que para un gallego es lo más parecido a la retranca, así que interiormente me di cuenta de que nos íbamos a llevar bien. En el largo camino hacia Santanyi estrechamos lazos mientras Lucía Pietrelli se callaba sonriente, escuchando el intercambio de chistes, puñales y canciones, y los demás dormían una digestiva siesta. Realmente, creo que la hermandad del festival nació en ese bus. Así, en el pueblo, en el recital que dimos en la fundación Blai Bonet, ya no éramos los mismos, como decía Neruda en sus versos más tristes (toma cita adolescente).
            El de la fundación fue un recital íntimo, con poca gente, en una sala pequeña, con posterior degustación de vinos, que es como me gustan los recitales. Además, era como meternos en materia, recitando por fin para gente que no éramos nosotros. También me sirvió para conocer a Blai Bonet, acorde con esta desinformación que tenemos sobre los escritores en las otras lenguas peninsulares.
            Como siempre, Biel Mesquida, en su papel de comandante, nos impuso la prisa y nos tuvimos que volver en el bus para poder cenar en el hotel, como personas formales. Creo que fue en ese hotel, el Jaime III, cuando volvía de tomar algo con Pau Vadell, Lucía Pietrelli y Roger Pelàez (si la memoria me falla, que me disculpen los que estuviesen), cuando me di cuenta de verdad de que estaba allí. Bebiendo un Gintónic con Antoni Marí, con Maria Jesús – la encargada del hotel – y dos señores más de los que no recuerdo el nombre. Dejando que pasase el tiempo, robándole horas al sueño mecido por la ginebra, solamente con la intención de agarrar cada minuto con la punta de los dedos e imprimirlo en el papel de los recuerdos.

1 comentario:

  1. raqueltaconea@gmail.com30 de junio de 2015, 12:41

    Hola Rodrigo, muy bueno, como todo lo que escribías. Un saludo desde Vigo. Besos

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