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martes, 23 de abril de 2013

HOY ES EL DÍA DEL LIBRO



Quizás porque en la aldea no siempre había mucho que hacer, o porque en mi casa había muchos libros o por la buena educación que recibí, pero me recuerdo leyendo siempre. Miraba los cuentos incluso cuando todavía no sabía leer, con esa fascinación por los dibujos impresos y las historias que, intuía, albergaban dentro de ellos. Después, tras los cuentos infantiles, fui un poco al revés que el resto de los niños: empecé leyendo La guerra de los mundos y más tarde a Enid Blyton y demás autores del universo infantil. El caso es que los libros siempre estuvieron ahí para hacerme compañía, para convertirme en el niño grande que soy ahora. Además, Internet no existía y había que entretenerse con algo.
            Casi desde que empecé a leer ya escribía, aunque tengo gravado en mi memoria el momento exacto en el que decidí ser escritor, con apenas nueve años. Creo que el recorrido a través de los libros es algo muy personal, como una historia de la propia intimidad narrativa. Uno va saltando de autor en autor, de página en página configurando parte de su mundo interior. La pasión por los libros empezó en mí antes que la música, paralela con la televisión, eso sí, pero pertenezco a  mi generación y no puedo negarlo. Así, sé también que los dibujos animados y las películas que vi de pequeño conformaron mi imaginario de ficción, pero ese es otro tema, hablábamos de libros.
            Sin darme cuenta acabé estudiando Filología, por lo que me vi inmerso en la obligación de leer muchos, muchísimos libros durante mis años de universitario. Gracias a lo cual accedí a lecturas que no hubiese hecho de otro modo, además de a otra forma de enfocar un texto cuando me enfrento a él, pero siempre albergaré a ese niño que se deleita leyendo historias de dragones, agentes secretos y otras tantas aventuras. Al niño que fascinó con la lectura de El corsario negro. Como dicen en mi tierra, el daño ya estaba hecho. El caso es que los libros forman parte inherente de mi mundo personal, como del de mucha gente que hoy está de enhorabuena, porque los libros, a mi juicio, bien se merecen un santo, bien se merecen este día.

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