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domingo, 22 de diciembre de 2013

PÁGINAS EN BLANCO

Tras un viaje poético tan largo como ha sido No hay más verso que la piel, uno se va encontrando con frecuencia a las modelos que se presentaron al experimento. Ya no sólo es eso, ni siquiera solamente con ese libro. Yo he ido regalando poemas a gente querida durante años, y después descubres que los pegan en la pared de su habitación, como si fueses un poeta conocido o algo. Al final, una de las cosas que se busca escribiendo es dejar huella, y esos pequeños detalles te demuestran que algo vas consiguiendo. Ayer, una amiga me incitó a que publicase su desnudo en el blog, y quiero dedicarle esta entrada por varias cosas, entre ellas por cómo es, que en su juventud muestra una serenidad que me sorprende. Cuando escribí este poema lo interpretó de una forma que yo no me esperaba; no suelo explicar los desnudos, pero creo que no está de más detallar que Páginas en blanco implica futuro por escribir, y eso, para mí, resulta muy tierno.
Me alegré mucho de escribir este poema y ahora, más de un año después, aquí lo teneis. Espero comentarios, como mínimo de ella:

PÁGINAS EN BLANCO

Si brilla sin mesura
la luz incandescente
que alberga tantos sueños
de franca juventud

de pronto en su desnudo
renacen primaveras,
se encienden las palabras
que saltan sin recato.

La edad de la inocencia
asoma con descaro,
revela un contenido
que antes se escondía.

Tan cálida y vivaz se reivindica,
tenaz vitalidad que se desborda.

Y crecen las preguntas
que arañan las estrofas,
surtiendo de colores
el cuerpo del lenguaje.

Y todo desemboca
con trazo tembloroso
en líneas que definen
la forma del futuro.

Al fondo del dibujo resultante
si intuyen horizontes de ternura.

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